viernes, 27 de junio de 2014

VIAJE REPARADOR

Nada màs entrar en la estación, el bullicio y gentío, comenzó a anestesiar el ciclón que se había instalado en su cabeza, aunque también aumentó su sensación de cansancio. Una de esas maquinas, a las que no le importa donde vas, que prisa tienes ..., le entregò el salvoconducto que le abría la puerta del vagón, dentro de él busco un asiento solitario, uno de ventana, no para ver sino para apoyar su cabeza, se sentó, el tren arrancó después del anuncio de megafonía que ella oyó pero no escuchó, llevaba los auriculares del móvil en sus orejas, no para oír sino para no escuchar, para no hablar. Arrancó el tren, lo hizo como un correor de fondo, despacio con traqueteo lento, y poco a poco fue acelerando, hasta conseguir un traqueteo constanre, ese ritmo consiguió en ella que, como si golpe a golpe, fuera abandonando el ciclón del interior de su cabeza y empezaran a entrar en ella sentimientos mas agradables. Entró él, sintió ganas de mirarse en sus ojos y verse lo guapa que él la ve, también entró en su cabeza el hombro de su padre, el derecho, no sabía porque se acordaba del derecho, donde ella, desde pequeña, daba a su padre unos golpecitos que a él le volvian loco, casi a la vez entró la imagen de su madre, riendo, dándole un beso en su mejilla y traspasándole energia, que a ella le sobra. El traqueteo seguía, aparecían sus amigas, sus días de playa con ellas, noches de estrellas en su pueblo que alguna vez vieron como se apagaban cuando se encendía el sol. Las sensaciones agradales la llevaron a dar una cabezadita, hacia tiempo que no la daba con sensación dulce. El tren aminoró el traqueteo, llegaba, su pulso se aceleró y sintió eso que llaman mariposas, que ella sabe que son los pliegues del fundus gástrico que se contraen, y ganas de orinar, precido a lo que habia sentido tantas veces en este mes, pero ahora era agradable, apartó su cabeza de la ventana, se levantó del asiento, se quitò los auriculares, cogió su maleta, fue hasta la puerta, se paró, por el cristal le vió, les sobrepasó él volvió corriendo a su altura, abrió la puerta se bajó, se abrazó a él, se agrró a su mano, comenzaron a caminar, a ella ya le entraba el aire hasta el último alveolo, sentía felicidad. Abandonó su ciclón de malas sensaciones. HOY EMPIEZA UN NUEVO TIEMPO Y ESPERO DESTERRAR ESE PUÑETERO CICLÓN PARA SIEMPRE