lunes, 29 de junio de 2015

Coco y el mar


Ya te pintó tu madre, sentada en La Cortadura, te faltaba, solo, el moño apretado, mirando a ver si se acaba el mar, se entró en tus ojos, susurró a tus oídos y ya dormiste, desde entonces, con el mecer de las olas. Se dibujó en las ondas de tu pelo, que aparecen cuando estás en la playa, y en tu piel, que cambia a color tostado brillante. Te ves y te ven guapa, te sientes cómoda y mimada por la espuma, esa misma a la que tu, delfina, un día mirarás desde arriba, desde tu tabla, sintiendo que le devuelves los mimos para que no te descabalgue.
Cuando oyes su rumor, hueles su olor, ves su brillo y color, notas su humedad, empiezas a tener las sensaciones agradables que querrías guardar en tu neopreno para cuando no estas cerca del mar.

No hay comentarios: